• Para elaborar un jabón artesano con la técnica de proceso en frío se necesita un alcalí cáustico (por ejemplo, hidróxido de sodio, más conocido como sosa caústica y que se obtiene de la sal común mediante hidrólisis) y un ácido graso (por ejemplo, un aceite vegetal como el aceite de oliva o una grasa animal como la manteca de cerdo; aunque mi filosofía es que se usen sólo grasas vegetales). Cuando el alcalí es disuelto en agua y a esta mezcla se le añade el ácido graso, se produce una reacción química llamada "saponificación" que transforma la grasa en jabón y glicerina. Una vez que ocurre esto, dejamos reposar el jabón durante cuatro semanas y el alcalí se neutraliza por completo, es decir, desaparece toda la causticidad.
• Para realizar un buen jabón de uso cosmético, perfectamente saponificado, y con unas excelentes cualidades limpiadoras y emolientes se tienen que tener ciertos conocimientos y elaborar unas fórmulas muy precisas de acuerdo con la tabla de índice de saponificación para conocer la cantidad exacta de hidróxido de sodio (sosa caústica), dependiendo del tipo de aceite que vayamos a utilizar.
Si hay un exceso de sosa, el producto resultante será una masa cáustica inservible; mientras que si por el contrario, la cantidad de sosa es insuficiente, el producto resultante será una mezcla grumosa de aceites, que en nada se parecerá tampoco al jabón.
También hay que calcular la cantidad de agua o líquido exacto que vamos a emplear en la elaboración de nuestro jabón.
Y tener en cuenta otros añadidos para darle a nuestros jabones ciertas cualidades terapéuticas como: aceites esenciales, hierbas, plantas, cereales, arcillas, etc.
• Es necesario pesar todas las cantidades (de líquidos, aceites e hidróxido de sodio) en gramos de manera exacta con una balanza o peso de precisión.
• Hay que tomar ciertas medidas de seguridad ( guantes, gafas de protección, ventilación adecuada, etc.) ya que la sosa caustica es muy corrosiva, y tener siempre vinagre a mano, ya que en caso de salpicadura, neutralizaría la sosa.
• El jabón artesano que hacían nuestras abuelas no sirve para uso cosmético ya que tiene un gran contenido de sosa caustica y es muy agresivo para la piel, además de ser elaborado normalmente con aceite reciclado de la cocina en el que se freían todo tipo de alimentos como carnes, pescados, etc. Y,además, era sometido a altas temperaturas, con lo cual perdía todas sus propiedades originales. Mejor usar aceites vegetales crudos de primera presión en frío, que conserven todas su propiedades. El jabón de la abuela es excelente para limpieza de suelos y ropa pero no para nuestra piel.
Si elaboráis los jabones con estas indicaciones, tendréis unos jabones artesanos naturales cosméticos y terapéuticos de excelente calidad y muy saludables para la piel. Y cuando empecéis a hacerlos no podréis parar, os quedaréis irremediablemente enganchados al mundo jabonil. ¡Ánimo! Es mucho más fácil de lo que parece y muy gratificante!
Os recomiendo mi taller para iniciarse en el mundo de la fabricación de los jabones artesanos naturales.