15 abr 2015

Receta de queso fresco sin cuajo


Riquísimo, natural, fácil de hacer, con sólo tres ingredientes, sin cuajo y no necesita molde ¿Qué más se puede pedir?

Anímate a elaborar tu propio queso fresco en casa.

Ingredientes:

• 1 litro de leche fresca entera pasteurizada (la encontraréis en las neveras de los supermercados donde están los productos lácteos que necesitan frío: yogures, quesos frescos, etc)
• 3 cucharadas de zumo natural de limón (45 mililitros)
• Sal (al gusto del  consumidor)

Elaboración:

Ponemos a calentar la leche a fuego lento en una olla, removiendo para que no se queme.

Cuando la leche comience  a formar burbujas por los bordes de la olla, la retíramos del fuego y la dejamos reposar durante 20 minutos.

Pasado ese tiempo, añadimos el zumo de limón removiendo para que se integre bien y dejamos reposar otros 10 minutos.

De nuevo ponemos la olla al fuego, esta vez a fuego medio, hasta que la leche comience a cortarse, es decir se separa una parte sólida (las cuajadas) de una parte líquida (el suero).

Es el momento de añadir la sal y remover. Retiramos del fuego.

Tendremos preparado un colador cubierto con una gasa grande o un paño de algodón limpio en el que verteremos la mezcla para que se vaya escurriendo todo el suero. Cerramos el paño o gasa sobre el queso apretándolo como si fuera un hatillo y lo dejamos drenando en la nevera como mínimo 30 minutos. Lo podemos dejar dentro de un recipiente para que vaya cogiendo forma (un bol o tupper).

También podemos, una vez que se haya escurrido todo el suero y tengamos una pasta cremosa pero más compacta, amasar dicha pasta muy poco para darle la forma que quieras al queso. Por ejemplo, hacer un largo tubo que haciéndolo rodar sobre especias, creando así una cobertura exterior que le dará sabor.

Pasado ese tiempo lo podemos sacar del hatillo y poner en un recipiente con tapa, pero siempre conservar dentro de la nevera. Nuestro queso casero durará en la nevera unos 8 días en su parte más fría. Tened en cuenta que tiene un alta concentración de agua lo que puede propiciar la aparición de hongo y bacterias.

Truco: usa la imaginación y ponle a tu queso, en el momento en el que le añades la sal, hierbas aromáticas, especias, frutos secos o lo que se te ocurra, para hacer cada vez un queso único y diferente.

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