Una de las principales propiedades del ácido hialurónico es su gran capacidad para atraer y retener el agua. Por este motivo, su empleo en tratamientos cosméticos de aplicación tópica permite rehidratar en profundidad la epidermis de la zona tratada para que su aspecto sea más terso y, al aumentar su grosor y volumen, disminuyan también los surcos de la piel.
Esta sustancia, además de conseguirla de forma comercial, en las farmacias, también se puede extraer de forma casera para aplicarla posteriormente en el rostro con el objetivo de reducir las arrugas y también las marcas que dejó en su día el acné. De igual forma es un estupendo cicatrizante, por lo que también se puede aplicar en heridas ya cerradas, pero que aún no han cicatrizado.
La telilla que recubre por dentro la cáscara de los huevos contiene una gran cantidad de ácido hialurónico. También esta sustancia se acumula en la clara, pero para extraerla es mucho más fácil hacerlo desde la cáscara. Es muy sencillo.
Cada vez que se vaya a utilizar un huevo para cocinar, se reserva la cáscara. Posteriormente se lava bien por fuera para eliminar los restos de suciedad que siempre tienen un huevo en su exterior. Cuando tengamos una buena cantidad de cáscaras, se introducen en una bolsa de plástico. La cerramos y la apretujamos hasta que las cáscaras se rompan en pedazos.
Por otro lado ponemos agua destilada a hervir. Destilada porque de esa manera mantenemos la integridad del ácido hialurónico y no lo contaminamos con los productos que tiene el agua embotellada o del grifo como puede ser el cloro, por ejemplo. En el agua vertemos todas las cáscaras de huevo y dejamos que cueza entre ocho y doce horas. El tiempo es muy extenso y puede resultar cansado o pesado, pero es la manera de lograr una solución líquida con una gran cantidad de ácido hialurónico. Por supuesto el agua se irá consumiendo y deberemos reponerla cada cierto tiempo.
Una vez cocida la mezcla, depositaremos el líquido resultado en un frasco de vidrio muy limpio a través de un colador para que no caiga ningún resto sólido de la cáscara. Dejaremos enfriar y lo meteremos en el frigorífico.
Nuestro ácido hialurónico casero ya está listo para usarse. Lo podemos beber directamente para que nuestro cuerpo lo vaya absorbiendo de manera natural, o podremos aplicarlo con una ligera fricción en el rostro para hidratar la piel y reducir las arrugas. También lo podemos incluir en nuestras cremas cosméticas naturales caseras.
No se trata de un producto milagro, y más teniendo en cuenta que lo hemos extraído de forma casera, pero nos ayudará a recuperar parte del ácido hialurónico perdido con la edad y lograr una hidratación de la piel mucho más completa y efectiva.
Excelente muchas gracias por este consejo para hacer ácido hialurónico casero, no tenia la menor idea.
ResponderEliminarsaludos.